Viajes por Iberia: 2016

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Los Mallos de Riglos (Huesca, Aragón)

Las carreteras secundarias tienen el encanto de descubrirte lugares únicos que son mucho más difíciles de ver desde una autopista o autovía. El hecho de no tener que esperar a encontrar una salida o poder pararse en el arcén en muchos lugares daban lugar a un conocimiento del medio mucho mejor que ahora.

Es curioso, se viaja más y mejor que nunca y sin embargo nos perdemos el camino, que es buena parte del atractivo de un viaje.

Y desde esas carreteras secundarias una de las cosas más impresionantes con las que te puedes encontrar en España son los Mallos de Riglos, al norte de la provincia de Huesca.

Aunque los había visto en foto antes de ir la primera impresión que tuve, viniendo desde el norte, fue de pasmo. No te haces una idea de lo grandes que son y lo grandes que parecen. Por desgracia la foto que hice desde esa carretera salió demasiado bien

Los Mallos son otro de los fenómenos erosivos que nos ha legado el mar que ocupaba Aragón y alrededores. El lecho de aquel viejo mar fue elevado al mismo tiempo que los Pirineos y aquí, en las puertas mismas de la Hoya de Huesca, la erosión talló estos impresionantes pilares a modo mojones fronterizos entre la llanura que va a dominar el paisaje durante muchos kilómetros hacia el sur y la cordillera más elevada de la Península Ibérica.

Desde los años treinta numerosos montañeros, de España y de Europa, sobre todo Francia, trataron de llegar a la cumbre a través de sus paredes, estableciéndose numerosas rutas de escalada y varias vías ferratas.

A los pies de Los Mallos se encuentra el pueblo de Riglos, villa que fue de realengo durante la Edad Media. En Riglos se encuentra una iglesia románica que en tiempos fue la de un monasterio, hoy desaparecido, y un poco más abajo se encuentra el Gállego, uno de los principales ríos aragoneses, cuyo valle aprovecha la carretera.

Un consejo: si pretendéis venir desde el monasterio de San Juan de la Peña hasta aquí tal vez os compense volver a Santa Cruz de la Serós y venir por Puente la Reina de Jaca. La carretera que pasa por Anzánigo estaba en un estado peor que lamentable.

Afortunadamente, las carreteras para ir hasta el cercano Castillo de Loarre están en unas condiciones mucho mejores.

¿Cómo llegar a Riglos?

Ruta combinada

Barbastro
Alquézar (Huesca, Aragón)
Abizanda
Aínsa (Huesca, Aragón), una fortaleza al pie de los Pirineos
El Cañón de Añisclo y el Cañón del Bellós (Huesca, Aragón)
Puente de Jánovas
Jaca
San Juan de la Peña y Santa Cruz de la Serós (Huesca, Aragón)
Los Mallos de Riglos (Huesca, Aragón)
Castillo de Loarre (Huesca, Aragón)

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jueves, 15 de diciembre de 2016

Castillo de Monzón (Huesca, Aragón)

Tal vez resulte un poco chocante encontrarse con edificios de origen árabe tan al norte, pero tras la caída del Reino Visigodo llegaron a superar los Pirineos y de no haber sido derrotados por los francos hubiesen llegado hasta el norte de Francia.

Como sea, su presencia en el norte peninsular, sobre todo en Aragón, fue lo suficientemente duradero como para dejar un legado que ha llegado hasta nosotros bastante deteriorado.

Es el caso del Castillo de Monzón, Huesca, a un paso de Cataluña. Aunque su origen es árabe su aspecto no lo sugiere. Según tengo entendido sólo la torre permanece en el castillo desde sus primeros tiempos.

Y es que este castillo tuvo actividad militar durante casi diez siglos, desde su fundación en el siglo X hasta el siglo XIX. Todo ese tiempo, toda esa utilidad militar, ha significado una serie interminable de reformas para adaptar el complejo a las necesidades militares del momento.

Poco duró a los musulmanes esta plaza fuerte, ya que décadas después de su construcción el castillo fue conquistado por Sancho Ramírez, rey de Aragón.

Otro rey, Alfonso I, el Batallador, legó a su muerte la plaza a la Orden de los Templarios y esta Orden se ocupó en Monzón de la educación de un muchacho que con el tiempo sería uno de los reyes más importantes de Aragón, Jaime I, el Conquistador.
Otro Jaime, Jaime II, recupera el castillo de manos de los templarios tras la disolución de la Orden, tras un asedio.

Pero la situación estratégica del castillo, dominando una amplia comarca en la vega del Cinca, le hizo objetivo militar, lo que le supuso ser sitiado durante la Guerra de los Segadores, la de Sucesión y la de Independencia.

La liberación durante la Guerra de la Independencia se hizo con una buena dosis de inteligencia, astucia y riesgo. Lo que los franceses tomaron a sangre y fuego los españoles lo recuperaron gracias a la burocracia... y a unos documentos falsificados.

El general Van Halen (nada que ver con la banda de rock) hizo creer a los defensores de la plaza que su mariscal, Suchet, les ordenaba devolverla a los españoles. La historia está bastante bien contada aquí, aunque en un español un poco arcaico.

¿Cómo llegar a Monzón?

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domingo, 16 de octubre de 2016

Castellfollit de la Roca (Girona, España)

Girona es una provincia increíble, trufada de grandes paisajes y pueblos señeros que por desgracia pasan totalmente inadvertidos para el gran público, más allá de una o dos excepciones como Cadaqués y Besalú.

Cerca de esta última y también al lado de la N-260 se encuentra Castellfollit de la Roca, un minúsculo municipio (el segundo más pequeño de Cataluña y el más pequeño de Girona, rodeado de un entorno espectacular y cuya principal seña de identidad es su casco urbano, ubicado en lo alto de un precipicio, un poco al estilo de Siurana.

Por su entorno y lo pequeño del lugar, tanto en lo político como en lo geográfico, Castellfollit es un pueblo tranquilo y agradable, cuyo potencial turístico se basa sobre todo en el aprovechamiento de los valores naturales de la zona.

Castellfollit de la Roca (Girona, Cataluña)

El casco urbano, peculiarmente alargado debido a las restricciones de su ubicación, merece la pena un paseo, destacando la iglesia de Sant Salvador, situada en el extremo final del pueblo, donde el risco la rodea por tres de sus lados, y que alberga un museo.

Aunque os pueda parecer raro, por aquello de que no solemos asociar el vulcanismo con la península, Castellfollit forma parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, que comprende unos 40 conos volcánicos. Aunque no es una zona especialmente vieja, de entre 100000 y 200000 años de antigüedad, el clima húmedo que impera en la zona ha permitido una colonización muy rápida de los materiales volcánicos, y forma un bosque realmente bonito. Aunque sólo lo vi desde la carretera me quedaron muchas ganas de explorarlo con un poco de calma y es algo que tengo en mi lista de "pendientes".

Por desgracia la web del ajuntament no ofrece mucha información acerca del lugar, lo que es una pena ya que me hubiera gustado saber más acerca de su historia y circunstancias, y tiene su sección de turismo casi totalmente desierta, lo que es pecado en un municipio que tiene en esa actividad uno de sus motores económicos.

¿Cómo llegar a Castellfollit de la Roca?

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lunes, 26 de septiembre de 2016

Sant Pere de Rodes (Port de la Selva, Girona)

Monestir de Sant Pere de Rodes (Girona, España)

Una de las grandes calamidades de la historia de España fue el abandono de gran cantidad de fortificaciones y monasterios, sin que hubiese manera de recuperarlos, o se recuperaron demasiado tarde y la reconstrucción tuvo que hacerse, a veces, echando mano de la imaginación.

Algo parecido ocurrió con el monasterio de Sant Pere de Rodes, en Port de la Selva, en el norte de la Costa Brava y muy cerquita de la frontera con Francia.

Durante mucho tiempo fue un poco complicado establecer la razón de las dimensiones del monasterio de Sant Pere de Rodes, bastante grande para estar situado en una zona tan aislada y poco poblada, y las leyendas que había acerca de unas reliquias de San Pedro traídas de Roma durante los convulsos años del siglo VII podrían ser sólo eso, leyendas.

Las primeras referencias que existen sobre este lugar son del siglo IX y hablan de una pequeña celda monástica que fue prosperando con el tiempo y a mediados del siglo X se sabe que había un monasterio independiente, que alcanzaría su momento de mayor gloria durante los siglos XI y XII, durante la existencia del condado de Ampurias. De todas formas mantuvo su importancia hasta el siglo XVII, cuando empezó su decadencia que desembocaría en su abandono un par de siglos después y tras haber sido saqueado en diversas ocasiones.

Y tras haber sido abandonado, se comenzó su recuperación a principios del siglo XX. Y durante una de las campañas de excavaciones y estudio aparecieron las reliquias de una forma un tanto accidental, en el escondite en el que las ocultaron siglos atrás.

Los resultados de las campañas de finales del siglo XX terminaron por convencer a las autoridades para iniciar la restauración y reconstrucción de todo el complejo, abierto al público previo pago de una entrada.

¿Cómo llegar a Sant Pere de Rodes?

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lunes, 15 de agosto de 2016

Pueblos de Cataluña: Sant Martí d'Empúries (Girona, Cataluña)

En todo viaje que hago hay algún que otro fracaso. En el del año pasado uno de esos fracasos fue la vieja colonia griega de Empúries, en Girona.

Como iba con un poco de retraso ese día me levanté muy muy temprano y como es lógico, me encontré la puerta cerrada y con dos horas hasta su apertura. Así que muy a mi pesar tuve que seguir adelante.

Pero no quería irme de allí sin ver al menos la zona, fuera del recinto arqueológico (sólo hice una foto y no merece la pena publicarla de lo mala que es.

Pero por suerte para mi, hay cosas que ver por los alrededores, como el pueblo de Sant Martí d'Empúries, que por si solo justifica una paradita en mi ruta y que no sólo destaca por lo que se conserva de su historia medieval sino también por sus playas, de las más bonitas que he visto en Cataluña y de lo mejor de la Costa Brava. Las que véis están situadas entre Sant Martí y L'Escala, aunque parece que de aquí hacia Empuriabrava también son bonitas, al menos por la cantidad de turistas con los que me crucé camino de Cadaqués.

Esta zona era muy distinta entonces de lo que es ahora, y la primera colonia griega se instaló en una península de la que no queda ni rastro ya que el actual Sant Martí forma parte de una continuidad costera en la que no se adivina nada del antiguo litoral. Hay que decir que toda esta zona es una llanura plana y baja, como antiguas marismas, así que puedo imaginar que fueron terrenos ganados al mar entre intervenciones humanas y el propio proceso natural de colmatación y aporte de arenas por parte de las mareas.

Aunque hoy en día Sant Martí es un pueblo pequeño que conserva parte de sus murallas y de sus viejas calles y no parece haber tenido una gran importancia llegó a ser sede episcopal durante la época en la que el Imperio colapsó y más adelante, tras la conquista de Carlomagno, llegó a ser cabeza de un condado hasta el siglo XI, momento en que la capital se trasladó a Castelló d'Empúries.

Las murallas y la iglesia que hoy se conservan son de épocas posteriores, posiblemente para proteger a la población del azote de los piratas berberiscos, que tanto daño hicieron a lo largo y ancho de la costa mediterránea.

¿Cómo llegar a Empúries?

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sábado, 11 de junio de 2016

Playas de Mallorca: S'Amarador y Cala Mondragó (Santanyí)

Caló d'En Perdiu

Acabo de darme cuenta de que no había escrito NADA sobre una de las calas que más me gustaron de Mallorca, lo que me parece imperdonable. También veo que me falta escribir sobre otras como Cala Llombards, relativamente cerca
Dentro de la isla el municipio que más me ha sorprendido por su litoral ha sido el de Santanyí, en la parte sudeste de la isla. Se trata de un litoral recortado que ya había visitado en este blog para hablaros de Caló des Moro y Cala S'Almonía y eso tan sólo es una mínima parte de los lugares que podéis descubrir explorando su costa.

La salida de S'Amarador (Santanyí, Mallorca)

Salida de Cala Mondragó

Esta cala está enclavada en el Parque Natural de Mondragó, una zona que se ha librado en parte del proceso de destrucción originado por un modelo de turismo que ha dado en llamarse "balearización" y que consiste en aprovechar un lugar con encanto y reemplazar ese encanto con toneladas y toneladas de hormigón mal proyectado y peor construido al que se da en llamar "hoteles" o "apartamentos turísticos".

Para llegar a S'Amarador y Cala Mondragó podéis utilizar el enlace al mapa de más abajo. Al llegar a S'Amarador se deja el coche en el párking de la playa, cuyos beneficios se destinan a financiar el funcionamiento de una ONG. De todas formas, se puede aparcar un poco más lejos, en una urbanización que hay justo antes. En el párking hay la reconstrucción de una cabaña tradicional de la zona, para que veáis como se vivía por aquí antes de que la cosa remontase.

Acantilado de Cala Mondragó

Tal vez tengáis la tentación de salir pitando a poner la toalla en la arena, pero os aseguro que merece la pena tomar el camino turístico y bordear la costa. De esta forma podéis pasar al lado de unos hornos de cal, que era una de las industrias locales. Esta cal se usaba para tratar las fachadas de las casas y hacerlas un poco más frescas. Luego se descubrió el cemento y se pintaba de blanco, lo que es más rápido, duradero y barato.

Más adelante empieza el espectáculo. Primero el pequeño Caló d'En Perdiu, que no tiene nada de arena pero que hará las delicias de quienes quieren tener el agua para ellos solos y prefieren roca a arena.

S'Amarador

Y a continuación, sólo saliendo de Caló d'En Perdiú, está la salida de Cala Mondragó, con unas aguas turquesa que son una maravilla, con esos yates que ocupan su salida y que pueden estar dando la sensación de volar en lugar de flotar. El acantilado de nuestro lado bordea la salida de la cala de una forma casi irreal.

Y un poco más adelante llegamos a la cala de S'Amarador, a la que recomiendo ir un pcoo temprano porque se llena. Hay bastante gente que se acerca aquí para aprovechar su belleza y su ubicación, rodeada de bosque.

Para los que prefieran ir en bici, hay un parking para bicicletas justo antes de bajar a la arena, lo que ahorra el paseo que tienen que darse los que vienen en coche

El Mapa

Cala Mondragó y S'Amarador

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domingo, 29 de mayo de 2016

Playas de Cataluña: Aiguablava (Girona)

Si por algo destacan las playas del Mediterráneo es por esos colores turquesa producto de la calma de las aguas y de las algas que las pueblan. El agua tranquila le resta turbidez y le permite ganar ese aspecto tan vistoso.

Por tanto a nadie debe extrañar que en el litoral catalán y balear haya varias playas llamadas Aiguablava, Cala Blava o cosas parecidas.

Esta Aiguablava se encuentra en el municipio de Begur, en Girona, cerca de Fornells. Es una playa de gran belleza que cuenta con un aparcamiento suficiente, lo que ayuda a que esté un poco masificada, circunstancia a la que ayudan la presencia de un Parador Nacional y la existencia de varios chiringuitos que ocupan parte de la escasa superficie disponible, tal y como podéis ver en la foto.

El Parador en sí no tiene mucho interés para mi, ya que normalmente me suele interesar el edificio en el que se encuentra y en este caso no me parece que sea un inmueble con historia, como otros que he visto.

A pesar de estos detalles me pareció una playa muy bonita enclavada en un entorno realmente privilegiado. Ojalá hubiese tenido algo más de tiempo para visitarla como se merece.

Algo más de interés tiene el Castillo de Begur, en la capital municipal, aunque no pasa de ser un muro rodeando la cima de una colina. Desde lejos se ve mucho más impresionante de lo que es realmente y al parecer (no tuve tiempo de pararme) lo que realmente merece la pena de él son las vistas desde lo alto.

Como curiosidad decir que este castillo fue vendido por sus propietarios a la villa de Begur allá por el siglo XVII, y desde entonces no ha vuelto a manos privadas.

¿Cómo llegar a Aiguablava?

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domingo, 10 de abril de 2016

Playas de Cataluña: Cala Bona, Tossa de Mar (Girona)

Cala Bona es una de las muchas que existen en la Costa Brava. La forma me recordó un poco a alguna cala que había visto en Mallorca como Cala Pi, alargada como un río desde un pequeño arenal hasta su desembocadura entre paredes calizas cubiertas de pinos.

Al se puede acceder bien en barco, bien a pie bajando por un sendero más o menos cuidado pero que te obliga a prestar atención para no caerte y que baja desde un minúsculo aparcamiento en la carretera que une a Tossa de Mar, a cuyo municipio pertenece, con Sant Feliu de Guíxols, y también desde otros senderos que van recorriendo la costa y la comunican con las calas adyacentes, una de las cuales está totalmente secuestrada por un complejo hotelero.

Pero Cala Bona no está libre de pecado: a pesar de lo inaccesible y de la estrechez del lugar, se han montado un enorme chiringuito que se come prácticamente la totalidad del espacio disponible, robando algún precioso metro cuadrado a un arenal de lo más pequeño.

Es en parte una metáfora de lo mal conservada que está esta zona de la Costa Brava, donde los valores paisajísticos y naturales se han subordinado a la economía de tal manera que la sensación que me dejó fue de absoluto pasotismo, de "todo vale mientras pagues". Otro ejemplo de ello es la misma carretera: en lugares donde tal vez haya una vista magnífica no hay ningún mirador, ni forma de parar y en otros lugares hay miradores muy amplios y bien preparados para no contemplar nada en absoluto.

Espero que algún día los que tienen el poder de hacerlo tomen conciencia de lo que tienen y empiecen a explotarlo de una forma más conveniente para sus propios intereses.

¿Cómo llegar a Cala Bona?

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domingo, 3 de abril de 2016

Playas de Cataluña: Tossa de Mar (Girona)

Tossa de Mar, en plena Costa Brava, es una de esas muchas poblaciones del Mediterráneo español que han sido muy impactadas por una forma bastante mal entendida de impulsar el turismo.

Eso hace que lo que un día fue uno de los pueblos más interesantes del litoral catalán hoy sea prácticamente un pueblo más de tantos, con el mismo tipo de hotel turístico, con el mismo tipo de apartamento turístico, con el mismo tipo de cutrez y horterada orientadas a un determinado tipo de turismo que puede haber dejado dinero, pero se ha llevado el alma del lugar por delante.

Y es una lástima. Una vieja villa de pescadores con un patrimonio histórico de primer orden, con elementos megalíticos en su término municipal, con una vieja villa romana (Ametllers) y con ese castillo tan icónico que adorna su playa principal, una de las defensas costeras más bonitas que conozco, y que constituye su principal reclamo es, una vez que te alejas de la Vila Vella, prácticamente indistinguible de otros cien pueblos iguales desde aquí hasta Tarifa, siendo peor cuanto más te alejas del castillo siguiendo la playa.

Al menos, y esto hay que reconocerlo, no han permitido la construcción de edificios más altos que hiciesen un daño mayor y se ha mantenido la zona más cercana al castillo de una forma en la que más o menos te puedes hacer una idea de como era el lugar en la primera mitad del siglo pasado, antes del boom del turismo. A diferencia de otros lugares creo que hay esperanza para Tossa en reorientar una parte de su modelo de negocio hacia un tipo de turismo que no solo explote si no que se apoye y promueva en lo que un día fue y debería volver a ser.

Volvamos al castillo. La Tossa que hoy conocemos era un pequeño pueblo de pescadores que fue donado al todopoderoso monasterio de Ripoll, que por sus conexiones con los Condes de Barcelona estaba en una posición de enorme influencia en estas tierras, aunque inicialmente estos no respetaron demasiado esta donación.

El castillo fue mandado erigir por el abad Ramon de Berga allá por el siglo XII y daba una serie de indicaciones, a modo de carta puebla, para determinar a qué tenían derecho los vecinos y a qué tenía derecho el monasterio, muy estricto en la reclamación de sus rentas.

Aunque Tossa tuvo una historia bastante apacible en comparación con otras localidades más al interior debido al complicado acceso que tenía, el castillo sirvió de refugio a locales y forasteros para protegerse de algunos ataques piratas como los que asolaron el litoral mediterráneo hasta casi el siglo XVII, momento en el cual, terminada esta amenaza, Tossa demolió parcialmente sus murallas para facilitar el crecimiento urbano.

En el siglo XX el desarrollo del turismo, atraído por el buen clima y la belleza del lugar, cambió completamente el aspecto de la población y en general de buena parte de la Costa Brava: allí donde había un arenal, algunos de acceso francamente complicado, se ha intentado poner alguna clase de establecimiento turístico, llegando a secuestrar algunos tramos de costa a los que sólo se puede acceder por senderos un tanto precarios como única concesión al derecho de paso ya que las carreteras son privadas y están reservadas para clientes.

Sobre playas, me pareció divertido llegar a Tossa y ver un enorme cartel donde presumían de tener una de las 25 mejores playas del mundo. Creo que no me costaría pensar 25 playas mejores sólo en el litoral peninsular español, sin recurrir a Baleares o a Portugal, con el Algarve como gran abanderado.

¿Cómo llegar a Tossa de Mar?

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jueves, 31 de marzo de 2016

Playas de Cataluña: Cala Sa Boadella (Lloret de Mar, Girona)

Cala Sa Boadella, Lloret de Mar (Girona, Cataluña)

Una de las pequeñas decepciones de este viaje fue la Costa Brava. Uno de los tramos de costa que más ganas tenía de conocer y que al final resultó ser un poco bluff.

Y no tanto por la belleza de la costa, que la tiene y mucha, sino por la desidia con la que se explota, un poco como si una vez alcanzada la fama lo demás importase menos.

Tomemos por ejemplo Lloret de Mar, municipio turístico archiconocido en el que me vi obligado, a pesar de mis esfuerzos, en pernoctar. Se trata de un antiguo pueblo de pescadores horriblemente desfigurado por toda esa arquitectura tan hortera que se suele construir en las zonas turísticas.

Se había construido mucho y mal antes de la burbuja y se construyó más y peor durante y después de la misma.

Al menos la pensión en la que dormí estaba situada en el núcleo más antiguo de la población y sus calles, a pesar de toda la parafernalia hiperturística (restaurantes cutres, tiendas de souvenirs en vena y demás engendros asociados), permitían imaginar lo que un día pudo ser el pueblo.

De lo poco rescatable de Lloret de Mar es la Cala de Sa Boadella que, milagrosamente, no alberga un hotel con spa, y hasta te permite, si no te fijas demasiado, olvidar que estás en una playa urbana y no en la playa virgen que te venden.

Para llegar tienes que dejar el coche aparcado arriba, en una urbanización un poco menos espantosa que la media local, y luego bajar por una pista de tierra hasta llegar a la arena.

La playa está partida en dos por una roca que sirve de frontera entre la parte de uso convencional y la de uso nudista de la playa, y tiene un acantilado calizo coronado por un pinar desde el que hay las mejores vistas de la zona. Bastante recomendables las vistas desde aquí arriba, aunque no aptas para personas que sufran de vértigo si se acercan demasiado al borde debido a la caída vertical.

Si pasas por Lloret de Mar merece mucho la pena acercarse hasta aquí. El color de esos acantilados, rojizos, combinados con el color de la arena y contrastando con el verde de los pinares le dan un aspecto ciertamente hermoso. Ignoro si es fácil o difícil aparcar porque las dos veces que fui, al anochecer y al amanecer, no había mucha gente y además amenazaba lluvia, lo que hacía que incluso a aquella hora tan temprana la gente estuviese recogiendo.

La playa en sí cuenta con todos los servicios, lo que le ha permitido obtener una bandera azul, incluyendo un chiringuito que se adivina como un cuerpo extraño en ese entorno debido a su tamaño. Lo típico en el Mediterráneo, por desgracia.

¿Cómo llegar a Lloret de Mar?

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viernes, 25 de marzo de 2016

Monasterio de Montserrat (Barcelona, España)

Uno de los grandes símbolos de Cataluña es el Monasterio de Montserrat, en la comarca barcelonesa del Bagès, y en las cumbres del macizo que lleva su nombre.

Resulta sencillo imaginar las razones que llevaron a los primeros religiosos a estas tierras, aisladas del resto del mundo y en plena naturaleza, elevados en las alturas para estar más cerca de Dios y relativamente protegidos de los tumultos que eran más frecuentes en las tierras bajas.

No sorprende, por tanto, que el germen del actual monasterio no fuese el primero de los santuarios de la montaña, ni sorprende que no sea el único monasterio en la actualidad.

Montserrat me produce sentimientos encontrados, un poco como me pasa con Fátima. Por un lado tenemos un entorno absolutamente grandioso, casi divino, y por otra parte el acostumbrado y mundano afán recaudatorio: si subes en coche la única forma de aparcar, el único lugar permitido es el carísimo parking del Monasterio, que cuesta algo así como seis eurazos y pico. Así que si vas a estar un rato y vas solo es un auténtico atraco y si vas a estar todo el día (y merece la pena ir todo el día y explorar la montaña y los miradores), pues es un precio bastante más razonable.

Otras formas de subir, más caras y pintorescas, son utilizar los ferrocarriles y funiculares. No sé si merecen la pena, pero estoy por opinar que sí. Las vistas desde arriba son un espectáculo y tiene que ser una auténtica pasada a medida que subes en esos medios de transporte. Del bus no os puedo decir nada, ni si tarda, ni si hay frecuencias, pero la carretera desde Monistrol me encantó. Paré en varios miradores y aunque no tengo una sóla foto que me convenza (cosas de la calima y la hora) me pareció una de las carreteras más bonitas por las que he conducido.

Os aviso de que el edificio está rodeado de una increíble parafernalia de tiendas, restaurantes y demás negocios tratando de explotar al máximo la afluencia de visitantes a precios nada divinos. Parece mentira que en un sitio tan pequeño se puedan meter tantas cosas. Uno se pregunta por la opinión que puede tener alguno de los religiosos que allí viven tras haber hecho un riguroso voto de pobreza estando rodeados de tanto mercader.

¿Merece la pena visitar Montserrat? Absolutamente sí. Y con mucho tiempo además. Pero posiblemente lo que menos merezca la pena es lo que más visita la gente.

Porque Montserrat, además del Monasterio y todo lo que lo rodea, tiene muchas rutas para perderse por esos picos, para admirar esas vistas y encontrar lugares absolutamente mágicos. Cierto es que puedes coger un ascensor más para llegar bastante arriba pero ¿qué gracia tendría?

¿Cómo llegar a Montserrat?

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sábado, 12 de marzo de 2016

Castillo de Cardona (Barcelona, Cataluña)

Parador de Turismo de Cardona (Barcelona, España)

Una de las penas de mi viaje por Cataluña fue no conseguir una foto en condiciones de un lugar tan impresionante. Muchas de las panorámicas salieron bastante reguleras y en algún sitio desde el que podía haber hecho una buena foto no pude parar. Cosas que pasan.

Al lío. El Castillo de Cardona, en plena comarca del Bagès, se supone construido por Wifredo, el Velloso, el fundador de la Casa de Barcelona y primer conde que pudo legar sus dominios a sus descendientes tras haber sido el último designado por los reyes francos.

Esta fundación formaba parte de los esfuerzos de Wifredo por repoblar un área en la Cataluña central que en aquellos momentos estaba casi despoblada pero había empezado a recibir un importante flujo migratorio desde las montañas.

Como sea el castillo, que empezó como una fortaleza fronteriza, fue ganando peso e influencia hasta que en el siglo XV, cuando la Corona de Aragón encaraba su recta final, los Duques de Cardona eran la segunda familia más poderosa tras los propios reyes. Aún hoy es la fortaleza medieval más importante de Cataluña y para mi visita obligada. Por eso me duele tanto lo de las fotos.

El castillo sufrió asedio y gran ruina durante la Guerra de Sucesión, hasta que fue tomado por las tropas que apoyaban a Felipe V. De hecho, si vais a la Wikipedia podéis ver que la planta del castillo no es exactamente medieval, si no que se parece a un fuerte de la Edad Moderna, con todas esas aristas que se hicieron para que fuese más resistente a ataques con artillería.

El último episodio en la vida del edificio parte de 1976, en que se convierte en Parador Nacional de Turismo, lo que asegura su conservación y futuro.

¿Cómo llegar a Cardona?

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miércoles, 2 de marzo de 2016

Mura, Barcelona

Cuando hablamos de Cataluña la gente suele pensar en Barcelona, en Montserrat, en la Costa Brava o en los Pirineos, pero fuera de estas zonas hay lugares con muchísimo encanto que merece la pena visitar con calma, aunque las comunicaciones no siempre son las mejores.

Es el caso de Mura, cercana a Terrassa, Manresa y también Montserrat y que si no es por las tan socorridas listas de "pueblos más bonitos de Cataluña" no hubiese conocido.

Llegar a Mura es un poco un ejercicio de paciencia si no se tiene práctica conduciendo por pistas de montaña, debido a la estrechez de la calzada, la existencia de algunas curvas con una visibilidad reducida o incluso un giro en Rocafort tras el cual no sabes si te has metido por una pista agrícola.

Pero merece la pena. Mura es un pueblo que ha conocido más de mil años de historia, que es de cuando se tienen los primeros registros de la existencia de su iglesia, Sant Martí, sucesivamente ampliada hasta su forma actual.

Dada su situación geográfica Mura ha vivido tradicionalmente del campo y ha tenido que reinventarse varias veces cuando su medio principal de sustento ha desaparecido, como pasó con la plaga de filoxera que destruyó el viñedo, la obtención de carbón vegetal, o el cierre de la fábrica textil que sustituyó al viñedo. Actualmente el motor de su economía es el turismo que acude hasta aquí tanto para disfrutar de su entorno, el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac, como de la gastronomía que ofrecen sus varios restaurantes.

El núcleo de Mura está primorosamente conservado y es un placer pasear por sus calles y ver cómo han adaptado su urbanismo al entorno, situado en la ladera de una montaña, con las calles ingeniándoselas para evitar en la medida de lo posible comunicar a los vecinos sin tener que enfrentarse a grandes pendientes.

Ir fuera de temporada, en un día donde no hay nadie, es lo mejor ya que tienes el pueblo para ti mismo: aunque en Mura hay muchas casas sólo tiene algo más de 200 habitantes permanentes y un buen número de edificios son segundas residencias, en muchos casos de gente que tuvo que emigrar tras el cierre de la fábrica.

Si vais a visitar Mura y a pesar de lo complicado del entorno es fácil aparcar a la entrada del pueblo. Al lado de la oficina de turismo hay un aparcamiento, y algunos de los restaurantes también reservan un terrenito para sus clientes.

¿Cómo llegar a Mura?

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viernes, 26 de febrero de 2016

Monasterio de Santa María de la Vallsanta (Guimerà, Lleida)

Hay lugares que nacen marcados para el sufrimiento. Lugares que se levantan con ilusión y ganas y que al final se van al traste.
Es un poco el caso del Monasterio de Santa María de Vallsanta y su efímera, para este tipo de cosas, existencia.

Se empezó a construir en 1235 y 14 años después, lo que en aquellos tiempos era un plazo de tiempo razonable, las primeras monjas llegaron a instalarse. Se sabe que en los primeros tiempos Jaime I le dio una cuantiosa donación y llegaron algunas más, pero no hay información acerca de dónde procedían los ingresos de la congregación.

Lo que sí se sabe es que a mediados del siglo XIV la cosa se puso fea para ellas. Sucesivas epidemias fueron diezmando a sus habitantes y el monasterio entró en declive. Peor fue la que sufrieron a principios del siglo siguiente, de la que sólo cinco lo contaron.

A partir de ahí la cosa fue cuesta abajo hasta a finales del siglo XVI la jerarquía eclesiástica decidió cerrarlo, asolado por sus problemas financieros y trasladando a las tres monjas que entonces lo ocupaban a Tàrrega. Desde entonces y hasta ahora, la ruina.

En los últimos años se hicieron algunas obras de desescombro y consolidación, pero bastante lejos de las necesidades del edificio, que a pesar de su modestia ha soportado siglos de abandono y canibalización sin venirse totalmente abajo. Su maestro constructor puede estar orgulloso.

El monasterio se encuentra en el ayuntamiento de Guimerà, que tiene un casco histórico medieval de los mejor conservados de Cataluña.

¿Cómo llegar a Santa María de Vallsanta?

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jueves, 18 de febrero de 2016

Ciutadilla (Lleida, Cataluña)

El interior de Cataluña guarda un tesoro en forma de pueblos medievales que sorprendentemente resulta casi desconocido para el público en general. Sin buscar mucho en blogs y foros y demás, simplemente circulando por carreteras apartadas de los grandes centros de población, te encuentras lugardes como este que han sido capaces de preservar su forma a lo largo de los siglos.

Ciutadilla, por ejemplo. Mi idea era visitar su vecina Guimerà, que aparecía en una lista de "pueblos más bonitos de Cataluña" y de camino me encuentro con este sitio. No subí hasta el pueblo y me quedó un poquito de pena, pero al menos le hice esta foto.

El castillo que vemos arriba fue una fortaleza armada hasta que en el siglo XVI fue reformado como palacio, que estuvo habitado hasta principìos del siglo pasado. Las reformas que se le hicieron nunca le arrebataron su forma de castillo, lo cual es muy agradecido.

Por lo visto en las afueras hay restos de un monasterio, cuyas piedras fueron canibalizadas para diferentes obras, incluyendo el campanario de una iglesia de los alrededores, la de Sarral.

Así que ya sabéis, si vais a Guimerà y tenéis tiempo, siempre podéis decirme qué me he perdido.

¿Cómo llegar a Ciutadilla?

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jueves, 4 de febrero de 2016

El Anfiteatro de Tarraco (Tarragona, Cataluña)

Anfiteatro de Tarraco (Tarragona, España)

Aunque no tiene ni la fama, ni la importacia de los restos conservados en Mérida, el legado romano de Tarragona es muy importante. Como antigua capital provincial dentro del Imperio, fue dotada con ciertos edificios e infraestructuras notables, alguna de las cuales ha sobrevivido hasta nuestros días.

De todo lo que hay en Tarragona tal vez lo más espectacular sea el Anfiteatro de Tarraco, construido en el exterior de lo que fueron las murallas de la ciudad y que llegó a tener una capacidad de unos 15000 espectadores.

El Anfiteatro es un poco peculiar ya que fue construido en ladera, lo que permitió a sus constructores aprovechar la misma piedra para tallar en ella las gradas. La grada de enfrente estaba construida sobre sillares. La localización del Anfiteatro al lado del mar facilitaba el acceso de luchadores, fieras y suministros desde el mar y para acceder a la arena se utilizaba un sistema de poleas para subir las jaulas.

En sus instalaciones se produjo también el martirio del obispo Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio, en la época de las persecuciones religiosas romanas. Con el tiempo, el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio y las piedras que antes sirvieron para realizar matanzas de cristianos pasaron a ser canibalizadas para construir una basílica.

Visitar este monumento es una invitación a perderse por las calles de Tarragona, por el cercano casco antiguo donde se pueden ver otros restos como el circo, apenas a unos centenares de metros o lo que queda de las Murallas, en la calle que pasa justo por encima del Anfiteatro. Y es una invitación que deberíais aprovechar.

¿Cómo llegar al Anfiteatro de Tarragona?

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