Social Icons

martes, 24 de noviembre de 2020

Playas de Galicia: Praia de Meirás o do Río, Meirás (Valdoviño, A Coruña)

Galicia es una tierra maravillosa y los que vivimos en ella somos unos privilegiados. Pero incluso para nosotros muchos de sus encantos pasan desapercibidos.

Es el caso de la playa de la que os voy a hablar en esta entrada. La parroquia de Meirás, en el concello de ValdoviñoA Coruña, dispone de grandes focos de atracción como la Ermita da Virxe do Porto o Punta Frouxeira, con su moderno faro. Y entre medias las Calas de Meirás, uno de mis puntos favoritos de la costa coruñesa (y del que no tengo fotos, por cierto).

La Praia do Río, también conocida como Praia de Meirás, está un poco eclipsada por sus ilustres vecinos y mucha gente que ha venido hasta Meirás no la conoce. Y yo podía incluirme en esa lista hasta hace unas semanas.

Como veis es una playa que se disfruta en marea baja, porque en pleamar queda cubierta casi completamente por las aguas y es la desembocadura de un pequeño regato de apenas unos kilómetros de longitud que nace en la parroquia de O Val, en Narón, de la que toma el nombre. Este pequeño regato discurre casi paralelo a la costa hasta que finalmente desemboca en este lugar.

La erosión y el proceso de basculamiento de la Península han creado esta pequeña maravilla.

Como curiosidad mencionar que al tener un río se permite la estancia de mascotas en él.

La playa se encuentra al fondo de una pequeña bahía. Si os fijáis en el pequeño promontorio que se ve en las fotos, allí es donde está la Praia dos Botes, otra de las playas más conocidas de Meirás porque es el punto de entrada hasta la Ermita da Virxe do Porto, que ya veremos en una futura entrada.

Os dejo con un pequeño vídeo para que podáis ver mejor la belleza del lugar:


 ¿Cómo llegar a la Praia do Río?

Rutas relacionadas
 

Más fotos y rutas cerca de la Praia do Río

lunes, 10 de junio de 2019

El Puente de Requejo (Zamora, Castilla y León): como sacado de Arizona.


La cantidad de rincones desconocidos que tiene España no deja de sorprenderme. Te sales un poco de una ruta principal y no te has parado a ver qué hay de camino y siempre, siempre te vas a encontrar con algo que te va a sorprender.

Cuando fui al Valle del Jerte por primera vez decidí no volver por la autovía y a cambio ir por ese trocito de terra incógnita que representa la frontera hispanolusa en las provincias de Salamanca y Zamora.

Salvo que tengáis a alguien viviendo por esa zona dudo mucho que os suene nada de lo que hay por allí. Como mucho y con suerte las Arribes del Duero, las Hurdes y Las Batuecas. Para la mayor parte de los demás España se termina en La Alberca o Peña de Francia. De ahí hasta el Duero, es una zona sin cartografiar en la mente de la mayoría de españoles. Y me incluyo. Antes de ir no tenía ni la más remota idea de lo que me podía encontrar.

Cuando salí de Ledesma empecé a ver carteles que hablaban de una limitación de peso en un puente más adelante. Al principio pensé que no iba a quedar en mi ruta pero a medida que pasaban los kilómetros y la distancia se iba reduciendo me quedó claro que estaba en mi ruta.

 

Y me preocupé. Básicamente estaba por donde San Pedro perdió la zapatilla y no me apetecía un pimiento improvisar una ruta. Así que dije... bueno, allá vamos.

Lo último antes de llegar es la remota localidad de Villadepera, donde hay un control de gálibo para que los camiones puedan desviarse y rodear el puente pasando por Miranda do Douro o por Villalcampo.
Tras Villadepera la carretera inicia un descenso serpenteante entre colinas hacia el Duero, y poco antes de llegar, y tras una curva, tienes la primera visión del puente. Como habéis podido ver en las fotos se trata de un puente de un sólo arco construido en acero. La primera idea que me vino a la mente fueron esas road movies americanas donde los protagonistas cruzan el cañón de algún río famoso por un puente metálico. Sin embargo este puente es muy zamorano y en su momento fue un hito de la ingeniería patria.

 

Esta zona del río ya fue en tiempos antiguos un paso importante de mercancías y de personas. Se sabe que en tiemos romanos la actual Ledesma y la comarca de Aliste estaban comunicadas por una vía auxiliar que cruzaba el río en esta zona. No quedan muchos restos de esta época porque con la construcción del Embalse de Castro el curso original del río está casi siempre bajo las aguas y aparte, veinte siglos de crecidas, a veces con mucha fuerza, han barrido la mayor parte de las marcas que podrían haber quedado en las piedras. Sí es posible ver donde atracaba la barcaza del Marqués de Santa Coloma, que atravesaba el río dando servicio de paso en régimen de concesión.

El puente fue un proceso laborioso y de gran dificultad. El proyecto nace a mediados del siglo XIX y estuvo dando tumbos como promesa electoral hasta que en 1897 Federico Requejo, durante su estancia en la Dirección General de Obras Públicas, logró impulsarlo. Y aún así fue complicado.

La enorme dificultad de la obra hizo que las constructoras rehuyeran las subastas. Duro Felguera lo intentó y se lo terminó cediendo a otra compañía. Finalmente esta también renunció y Duro Felguera decidió seguir adelante y consiguió terminar la obra para 1914, sin que se lamentasen accidentes durante su construcción. Toda una hazaña dada la tecnología del momento y la magra preocupación por la seguridad que había entonces.


¿Cómo llegar al Puente de Requejo?

  Rutas relacionadas 
Más fotos y rutas cerca del Puente de Requejo

 
Blogger Templates